Ayer tuve un hermoso sueño. Lejos de primas de riesgo, de palabras feas, de personajes estúpidos. Era un dibujo animado o un ser inerte que me movía como tal, que viene a ser lo mismo, porque la magia de la animación es precisamente esa, que objetos ausentes de vida rebosen de ella. Y yo me sentía un poco como la protagonista de este tesoro de la animación y la música.
Oren Lavie: Her morning elegance
Por fin es viernes, sed felices
Toni Nieto
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